
Durante sus siete años de vida, BMW produjo un total de 161.728 unidades del Isetta. La historia lo erigió como el modelo que le dio una nueva oportunidad a BMW.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, la marca alemana introdujo en su país el pequeñísimo Isetta para evitar su disolución. Un éxito que por estos días cumple ya 50 años.
El Isetta no tuvo una larga vida. Sin embargo, sus escasos años de existencia gozaron de una actividad constante y fundamentalmente contribuyeron para que BMW no desapareciera. Por eso siempre será recordado. Y más aún cuando se cumplen 52 años de su salida a escena. Todo un ícono de la marca bávara. Corría 1955 y Alemania resurgía de las cenizas.

BMW estaba a punto de ser absorbida por Mercedes-Benz. Las escasísimas ventas de la firma bávara la ponían contra las cuerdas. Sus costosos y espaciosos vehículos ya no eran deseados. A raíz de esto, la marca encontró la vuelta de tuerca para esquivar un magro futuro y a su vez hacer historia.


En total, de 12.911 unidades del Isetta fueron adquiridas durante 1955.Con el tiempo, el Isetta pasó por algunos cambios: tres o cuatro ruedas, un modelo de 300 cm3 y 13 CV, y versiones actualizadas para exportación con las ventanas laterales abiertas y chasis mejorados. A su vez, varias opciones estaban disponibles, incluyendo el volante a la derecha, el techo de lona y una plataforma de carga para 200 kg.
En Alemania tuvo su mejor año en 1957 cuando BMW vendió más de 40.000 unidades del pequeño modelo.
Luego, la aparición del Aston Mini, en 1959, comenzó a opacar las ventas del Isetta, cuya producción culminó en 1962, después de haber fabricado 161.728 vehículos.
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